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LOS RECURSOS HUMANOS EN LA EMPRESA GASTRONÓMICA


En 30 años de actividad como Director de la Consultora Foodconsulting, he tratado con muchos clientes y visto muchos procesos, desde empresas exitosas que pudieron mantenerse en el mercado y otras que sucumbieron a los percances económicos de la Argentina.
Algunas que comenzaron con pocos conocimientos y que se transformaron en importantes cadenas y otras que empezaron con gran esfuerzo y que lentamente se fueron posicionando.

Me he ocupado en preguntar cuáles eran los mayores problemas de su actividad, aportando soluciones en caso de tenerlas o estudiando cada caso para encontrar las mejores salidas.

Y en este largo camino encontré que uno de los problemas centrales que atraviesa transversalmente a todos, en Buenos Aires, y en todos los lugares de la Argentina donde tuve la oportunidad de trabajar, es la relación con el personal.

La gastronomía es una empresa de servicios, que requiere para funcionar un equipo bien preparado y un liderazgo sin fisuras, una mezcla entre arte, la cocina, y su forma de entregarlo, el servicio.

La conclusión a la que he llegado es que quien más éxito ha tenido es aquel que supo armar sus equipos eficientemente, generando un sentido de pertenencia y orgullo de formar parte de la empresa, y una participación sin fisuras en la obtención de un resultado final.

Sin duda no es la única actividad donde esto ocurre, pero en gastronomía se hace muy evidente.

En mi último viaje a España y Francia, donde tuve la oportunidad de visitar y observar detenidamente el funcionamiento de restaurantes y negocios gastronómicos, el trabajo en equipo es una constante, una preocupación más allá de las contingencias propias de la operación.

En mi experiencia tuve la oportunidad de realizar intervenciones para la formación de equipos, incluso integrando gerentes y encargados de diferentes negocios, obteniendo magníficos resultados, crear conciencia de equipo, compartir las dificultades y aportar soluciones fue una de las experiencias más enriquecedoras para quienes participaron,

Los conflictos que produce trabajar durante 10 horas diarias con la misma gente, soportando las presiones de los clientes y de los dueños, produce un stress laboral que solo puede ser sobrellevado con el acompañamiento de todos y sentirse protegidos por un liderazgo que acompañe el proceso.

Las compañías más importantes del mundo han entendido que la capacitación de su personal de dirección ha sido vital para el crecimiento de sus empresas, conceptos como inteligencia emocional, empatía y liderazgo, han cobrado hoy una dimensión superior, porque garantizan no solo el éxito sino la continuidad de los empleados, al sentirse acompañados y para decirlo en términos simples “ser parte de la familia”

La gastronomía es un buen negocio para quien sepa recurrir a las últimas tecnologías en recursos humanos, no solo confiar en los nuevos e importantes métodos de producción, sino ocuparse de quien realiza estas tareas.

El objetivo es capacitar permanentemente, no solo a quien produce sino sobre todo a quien conduce, a quien lidera, ayudándolo con los conocimientos más modernos en este campo,

Todos traemos una historia personal que nos identifica y que nos forma y que después ponemos en juego en nuestros trabajos, esto no siempre garantiza la conducción de equipos, y es lo que hay que apuntar y fortalecer.

En esta línea de pensamiento, hemos desarrollado programas de capacitación, especialmente dedicados a Gerentes y Encargados Gastronómicos, que incluye un esquema teórico y ejercicios prácticos que permitan abordar la relación profesional con mayores posibilidades de éxito.

Enfoque Teórico

Para desarrollar tareas de conducción, es necesario potenciar ciertas aptitudes, una de las fundamentales es la Inteligencia Emocional

La Inteligencia Emocional presupone cuatro cualidades básicas, Empatía, Iniciativa, Adaptabilidad y Persuasión, que nos orienta a una manera distinta de ser inteligente.

Significa manejar los sentimientos para expresarlos adecuadamente y con efectividad, permitiendo que las personas trabajen juntas y sin roces en busca de una meta común. Aptitudes tales como el control de las emociones, manejar bien los enfrentamientos, el trabajo en equipo y liderazgo son necesarias para garantizar un excelente desempeño.

La empatía

La empatía es nuestro radar social. La falta de oído emocional conduce a la torpeza social, ya sea por haber interpretado mal los sentimientos ajenos o por indiferencia que aniquila la afinidad.

Una forma que puede adoptar esta falta de empatía es el prejuicio que no nos permite acceder a lo particular de cada sujeto.

La empatía requiere saber interpretar las emociones ajenas, incluye percibir las preocupaciones o los sentimientos del otro y responder a ellos.

La capacidad empática es crítica para lograr un desempeño superior cuando el trabajo se centra en la gente, y es importante interpretar con habilidad los sentimientos de otra persona

En el corazón de la empatía hay un oído bien afinado. Para triunfar en el lugar de trabajo es esencial escuchar bien.

Quienes no pueden o no saben escuchar dan la impresión de ser indiferentes o insensibles, lo cual torna al otro menos comunicativo.